Leyendo hoy el blog de Carlos Blanco (el cual recomiendo mucho), me encontré con el post: “Presentar tu proyecto en 5 minutos”, donde habla del I Foro de Startups que se celebrará hoy, 18 de noviembre del 2008, en Barcelona, España.
En él, podemos leer cómo, tal como dice el título del post, los emprendedores deberán presentar sus proyectos en 5 minutos para convencer a los inversores de que su proyecto merece financiación. Carlos nos deja unos “tips” para una presentación tan breve.
Este post me recordó una incógnita interna que tengo desde que palabras como “startup” – “inversores” – “financiación”, comenzaron a ser parte de mi vida. ¿Hasta dónde es importante tu carrera, tus estudios, a la hora de presentar un proyecto ante los inversores? Cuando presentas un proyecto, ¿Qué valoran más? ¿El proyecto en sí o quién lo está presentando? Bueno, supongo que ambas cosas (me respondo a mí mismo), pero, ¿Qué peso tienen los estudios del emprendedor?
Una vez una persona me dijo: “Si vienen dos personas con exactamente el mismo proyecto, una es un empresario exitoso, la otra recién está comenzando, ¿a quién escucharías o prestarías mayor atención?”.
La pregunta en este caso no es exactamente la misma, pero la idea sí lo es. Si dos emprendedores tienen el mismo proyecto, la misma idea, ¿a quién escucharían o prestarían mayor atención? ¿Al que tiene un Dr. o un Lic. antes del nombre, o a quien es “simplemente Sr.”?
En lo personal, llevo en Internet desde los 14 años (tengo 24). Obviamente, comencé como la mayoría, con una página personal, por hobbie, hosteada en algún servicio gratuito (en mi caso Starmedia.com).
En estos años he aprendido muchísimo sobre qué es Internet y cómo llevar distintos modelos de negocio, además de haber adquirido importantes conocimientos en SEO, programación, diseño, marketing, e-commerce, etc. Hace 2 años me interesé principalmente en las tiendas online, conociendo un área totalmente distinta a la que había trabajado antes: administrar proveedores, sistemas de subastas, shipping, atención al usuario, planes de marketing, análisis estadístico, etc.
Hoy en día, junto a mi socio y un excelente equipo, llevamos adelante un proyecto muy grande, delicado y serio, el cual me ha animado a superarme aún más. Me ha hecho entrar en un mundo de términos y empresas que hasta hace muy poco era totalmente desconocido para mí.
Mis estudios, mi experiencia, mis errores, mis aciertos, mis éxitos, fracasos y estos 10 años como autodidacta. Al empezar muy temprano a “buscarme la vida”, descuidé y terminé dejando el bachillerato. Hoy en día esto me limita mucho a la hora de querer formarme profesionalmente en las áreas de mi interés, ya que necesito tener ciertas materias o años cursados. Me he planteado volver a estudiar, pero es algo que de momento no puedo hacer (3 hijas, una casa, una empresa… va dejando una larga lista de “debería” y poco tiempo para realizarlos). Y mi pregunta es, ¿Cómo afectará esto al momento de defender mi proyecto, en caso de necesitar financiación? Hasta ahora no nos lo hemos planteado, pero nunca sabemos qué puertas deberemos tocar para continuar adelante con nuestros sueños.
Intentas leer, estar informado, educarte por tu cuenta, pero, ¿es suficiente? ¿Qué ven los demás, una hoja de currículum con pocos estudios académicos o una hoja repleta de experiencia?
Una persona muy especial para mi, que fue mi amigo, compañero de trabajo y en muchos aspectos mano derecha, me dejó una gran enseñanza antes de partir: importa más la ACTITUD que los estudios en sí. Con la actitud se nace; los conocimientos se aprenden. Mi actitud determina mi aptitud.
Esa ha sido mi postura a la hora de contratar, no fijarme tanto en sus estudios previos, sino en sus logros, su manera de resolver problemas, su actitud al preguntarle algo que no saben.
Para mi, lo técnico se aprende; lo importante es que quiera superarse, y los demás aprender de esa persona.
La pregunta es, ¿Estas cosas se toman en cuenta? ¿Son importantes? ¿No lo son tanto? ¿Hasta dónde puede llegar una persona que no tenga un Dr., Lic., etc. en su nombre hoy en día?
¿Tú qué opinas? Te leo en los comentarios. 👇
2 Comentario
Blanca Velázquez
Hola Diego:
Antes que nada ¡¡felicitaciones por el blog!!
Me pareció muy interesante tu artículo.
Como bien sabes, mi mayor experiencia ha sido el mundo académico científico, y en ese mundo toman muchísimo en consideración el CV. Más aún, en un mundo globalizado, donde se puede aplicar a cargos, proyectos, becas a nivel internacional, básicamente la selección se hace en base a el CV.
Sin embargo, durante este año efectué un curso dictado en la Facultad dictado por la Cámara Nacional de Comercio sobre “Creación y Gestión de Empresas”. En dicho curso nos enseñaron aspectos de macro y micro economía, aspectos contables, fiscales, económicos, marketing, análisis de FODA, VAN, TIR, startups, capital semilla, ángeles, financiación, etc; donde al final del curso tienes que presentar un proyecto de creación de empresa, esto es el “Plan de Negocios”. Esto último implica básicamente el aspecto conceptual de la empresa junto con el análisis de mercado y financiero-económico. Sin embargo, me quedé muy sorprendida cuando el equipo de la Cámara de Comercio, gente que trabaja a diario en esto de creación y gestión de empresas, nos comentaron que los financiadores tenían en cuenta además del proyecto, claro está, la actitud de quien lo presentaba. ¡¡¡Vaya que me sorprendió!!!; acostumbrada yo a la academia… Esto es, frente a un mismo proyecto, básicamente se lo adjudican o no según la actitud de quien lo presente, un proyecto puede ser muy bueno, pero si quien lo presenta no tiene la actitud requerida quizás no se logre la aprobación del mismo…
O sea que se prioriza básicamente el proyecto en sí y la actitud de quien lo presente o de su equipo.
Como verás el tratamiento de las cosas, varía un tanto según el ambiente que te estés moviendo, quizás en algunos prime más el CV, y en otros prime más la actitud. Obviamente el proyecto en sí es algo esencial, pero si desconfían en la capacidad de la persona o de su equipo para llevarlo adelante, lo más probable es que el proyecto no tenga la financiación buscada.
Igualmente, en todas las cosas hay un componente subjetivo difícil de valorar, y siempre es importante tener una actitud adecuada, siendo el perfil variable, en cuanto a cuál es la actitud adecuada para el área o cargo que se aspire.
Pero en lo que respecta al mundo empresarial, al menos en esta región del planeta, si tienes un lindo CV mejor, pero no hace la diferencia sustancial, si es fundamental el proyecto y la actitud que se vea en los integrantes del equipo. Al menos esta es la visión que nos fue transmitida en el curso de “Creación y Gestión de Empresa” impartida por la Cámara de Comercio en el Uruguay.
Espero que el dato sirva para la reflexión.
Saludos,
Blanca
Alejandro Pereyra
¿Cómo vas Diego? Por casualidad o destino caí en tu blog y te felicito por él que está muy interesante. Sobre el tema tengo mucho para hablar.
Primero, que se da con los profesionales algo que se ha dado en todos los mercados: la oferta es tan amplia y diversa que los “consumidores de proyectos” o sea inversores se han visto obligados a buscar más y mejor información para tomar sus decisiones. En otras palabras, se están volviendo más vivos.
Antes era tan sencillo como la oposición que vos presentas, dos proyectos iguales, uno de un profesíonal y otro de un don, la balanza iba al lado del profesional. Pero ahora esta lleno de profesionales, y algunos inversores se están dando cuenta de que el título no es garantía: yo compre un walkman aiwa bastante caro y se me rompió a los 8 meses, la garantía no lo cubrió. Luego compre un mp3 kiland, el más barato, y funcíonó hasta que lo tiré al agua dos años después. Ahora me fijo en otras cosas antes de comprar un aparato electrónico. Igual sucede con los inversores.
El título sigue siendo un elemento fuerte, pero ya no tanto como antes, se da el caso de muchos profesionales muy capaces a la hora de elaborar un proyecto, pero con dificultades a la hora de aplicarlos en la realidad. Sobre todo en Uruguay, donde la Universidad de la República obliga con altísimas exigencias a los estudiantes a dejar de lado el ámbito laboral (la práctica, la prueba y el error, la realidad); los estudiantes egresan con ideas frescas innovadoras y excelentes, pero alejados de la realidad (Un tema que da mucho para hablar).
El inversor se encuentra que un dato que consideraba con extrema relevancia no se ve reflejado en los resultados. Y sabe que la mejor manera de tomar una decisión es buscar más información que reduzca la incertidumbre. Cuando antes el título era símbolo de seguridad “tiene que saber lo que está haciendo”, ahora, un inversor más cauto va a saber que no es ninguna garantía.
¿Quién da más seguridad?
Dos proyectos iguales, un profesional recién egresado y un don que ha tenido éxito con un proyecto muy parecido.
Dos proyectos iguales, el Lic. Juan de los Palotes, que nos ha hablado en palabras técnicas y no le entendimos nada, o don Fulano de Tal que lo hizo parecer tan fácil como hacer el café con leche en el microondas
Imagínate que viene el Dr. Leopoldo Importante desde Venezuela y te trae salado proyecto, giras la cabeza y tenes a Juan Nadie que logró el mismo proyecto. ¿No te haría desconfiar del primero?¿Y no alzaría las expectativas del segundo?
Bueno, depende de que tan experiente sea el inversor. Conceptos que son muy tomados en cuenta son la competencia (como característica del individuo, de competente), la aptitud, y la actitud. Sin embargo para mí, el elemento infalible, es una trayectoria y una reputación que preceda al presentador…
… y el tema da para seguir escribiendo pero el blog es tuyo y yo me tengo que ir a dormir.-
Un abrazo.-